lunes, 18 de enero de 2010

La historia de María


Parte 1 de 4

A veces las parejas pasan por momentos difíciles, nosotros no somos una excepción y tuvimos uno hace más o menos 15 años. Fue tan difícil, que por un tiempo no estuvimos juntos, yo por un lado ella por el otro. Esa, por supuesto, no es la manera como debe vivir un matrimonio; cuando se unen los destinos es para compartir la vida con amor y superar las dificultades juntos.

El amor es tan bello, que permite ver al otro como un ser extraordinario, no importa cuántos defectos tenga. Pero, a veces, nos desconectamos del amor y la habilidad de no ver los defectos desaparece y nos dejamos sumergir en los conflictos. Eso nos pasó a nosotros y el conflicto estuvo a punto de consumir el matrimonio.

Afortunadamente, la Mater tomó cartas en el asunto, se ocupó de nosotros e hizo que una pequeña luz brillara en nuestras almas, de modo que volvimos a ver el amor, por detrás de las dificultades. Comenzamos a hablar de nuevo, pusimos a Dios en los problemas y volvimos a estar juntos.

Y un buen día, para celebrar la reconciliación, hicimos un pequeño viaje. El resultado de este paseo fue un regalo del Señor:
“Estoy embarazada” fue la frase que se escuchó decir en medio de sonrisas y alegría.

Como toda pareja, contenta de recibir un nuevo miembro en su familia, fuimos al médico especialista, llenos de felicidad. Y fue cuando llegó el primer embate:
“El bebé no está vivo señora, allí no hay latidos del corazón. Lo mejor que puede hacer es someterse a un procedimiento.”

Sólo alguien que haya pasado por una situación similar, puede entender el golpe de esas palabras, sobretodo si vienen de uno de los doctores más renombrados.

lunes, 4 de enero de 2010

Seguir un Horario Espiritual


Tengo muchos días sin escribirte Mater y eso me preocupa, porque use como excusa el descanso navideño para ocuparme de lo urgente y no de lo importante.

Por eso debo pedirte perdón.

Cuántas veces en la vida no dejamos de lado lo que debemos hacer, aquello con lo cual nos comprometimos, porque supuestamente estábamos muy atareados. La verdad es que siempre tuvimos tiempo de cumplir con nuestras obligaciones espirituales, y si no lo hicimos fue porque nos faltó método, organización y voluntad.

Por eso, este año, debemos cumplir con la tarea de crear y seguir con la ayuda de la Virgen, un Horario Espiritual que nos acerque al Señor.

Pidamos la intercesión de José Engling, uno de los héroes de Schoenstatt, que se distinguió por seguir con cuidado sus actividades para estar cerca de la Mater.