domingo, 24 de junio de 2012

Perdona mi falta de fe Señor


El programa Alianza de Amor habla del año de la fe.
Hago esta reflexión:
Bienaventurados serán cuando por causa mía, os insulten y digan toda clase de calumnias contra ustedes, alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande en los cielos.
Pero cómo voy a ser grande en el Reino de los Cielos si quién te insulta soy yo Señor. Si mi falta de fe, es la peor ofensa que puedo darte.
Tantas veces que me has dicho que no me preocupe, que no sienta miedo, que no desfallezca, que el Padre sólo está esperando que yo le crea para actuar en mi favor y yo, mientras tanto, estoy hundido en lágrimas, en angustias, en miseria. Y todo por no creerte, por no tener fe.
Eso es insultarte. Perdóname Señor por no ser capaz de recibir la recompensa que tú me ofreces, por ser un hombre de poca fe. Simplemente perdóname y te digo como aquel hombre:
Creo Señor, pero aumenta mi fe.

jueves, 21 de junio de 2012

Si no te dejan orar y creer, tuyo es el Reino. La octava bienaventuranza



Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
La justicia es la justicia de Dios. La persecución es la de aquellos que creen que seguir el camino de Dios es un error, porque los negocios son los negocios, o porque es una tontería económica ayudar a otros o donar dinero, o tal vez ayudar al que lo necesita.
Si se burlan de ti porque defiendes tus ideas sobre la vida, porque oras al comer, porque tienes una imagen que te recuerda al Señor o a Nuestra Madre en tu trabajo, eso es persecución.
Si no te permiten orar al llegar a tu trabajo o a tu escuela, eso es ser perseguido como dice Jesús.
O si queman tus iglesias o te atacan, como ocurre en muchas partes del mundo, por ser creyente, eso es persecución.
Y verás a Dios aquí, porque Él va a estar contigo y te va a ayudar a alcanzar su premio, de amor, de dulzura y de abundancia.

miércoles, 20 de junio de 2012

Dios llena los corazones – la séptima bienaventuranza



Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.
Para ser limpio de corazón no hay que ser santo, pero sí esforzarse como ellos. Dijo Jesús que si deseábamos entrar al reino de los cielos, teníamos que hacernos como niños pequeños ¿Por qué? Porque los niños son limpios de corazón, inocentes, capaces de creer.
Limpia tu corazón de odios, de dudas de miedos, llénalo de confianza y de fe, vacíate de ansiedad, de angustias y d temores; cuando haces eso, te estas comportando como un niño pequeño y a medida que te comportas así, ese vacío se va llenando de algo totalmente diferente, te sientes seguro, tranquilo, confiado sin temor ¿qué es eso que sientes? Eso que sientes es Dios.
Haz la prueba, no es nada difícil siéntate por un momento; si estás en el santuario mejor, hazlo allí. Cierra tus ojos y entrégale tu corazón a la Mater, cando lo hagas, vacíate de temores o de dudas y deja que Ella te llene.
En ese momento vas a experimentar la presencia del Señor. Estoy tan seguro de eso, que en este momento en que lo estoy escribiendo, cerré los ojos y me deje llevar por esa confianza y me sentí en el cielo.
Tiene razón Jesús, los limpios de corazón verán a Dios y no hay que esperar a estar en el cielo para experimentarlo

martes, 19 de junio de 2012

Moderarse, ser pacífico, la sexta bienaventuranza


Bienaventurados los pacíficos porque ellos serán llamados hijos de dios.
Si me gritan, si me maltratan injustamente, si me insultan, tengo que poner la otra mejilla.
Pero por dentro pienso que actuar así es ser un tonto, una persona sin valentía, sin fuerza.
Y de nuevo, el mismo Jesús que perdonó en la cruz, me mira y me dice:
Yo soy pacífico, y cambié el mundo. Y les dije a ustedes, que estas y otras cosas mayores harían si tienen fe.
Juan 14: 12

Y no se refería sólo a los milagros que hizo, sino al mayor milagro de todos, al de transformarnos como El y tener fe.
Dios mío, no es fácil ser como Tú y seguir tu camino.

lunes, 18 de junio de 2012


Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.
Jesús nos dijo que si queremos dar una ofrenda a nuestro Padre en el cielo primero que tenemos que perdonar:
Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
Mateo 5: 23-24

Él fue misericordioso, tanto que en la cruz fue capaz de decir: Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen.
¿Cómo puedo yo mantener un resentimiento contra el que me ha hecho mal, el que me insultó, o me trató mal? Es posible que tenga derecho a sentirme agraviado, es posible que yo tenga toda la razón; pero Jesús tenía razón y terminó en la cruz, y aún así fue capaz de perdonar a quienes lo castigaron injustamente, Jesús perdonó de la manera mas suprema e imposible.
No puedo ser como él, me duele a perdonar cuando siento el dolor de lo que se me hizo.
Pero eso es precisamente lo que nuestro Padre Celestial está esperando, que yo perdone como lo hizo su Hijo, y entonces me regalará la resurrección.

domingo, 17 de junio de 2012

La sed y el hambre saciadas por Dios



Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Una cosa se repite constantemente en los Evangelios y en toda la Biblia, Dios está dispuesto a colmar nuestras necesidades.
En días pasados, escuché a un personaje de una película decir algo muy interesante y que me dio una visión diferente sobre el uso que le damos al dinero.
El hombre decía que todo le pertenece a Dios, por lo tanto, el dinero también es de Él.
“No es mi dinero, es de Dios, y el permite que lo usemos, por lo tanto yo le pido que me ayude a utilizarlo como Él lo desee, para bien de todos.”
Cuando se piensa así, esta bienaventuranza nos dice que la justicia, económica, y de todo tipo, está en manos de Dios.
Menos mal, porque Dios es justo y nos ama, por lo tanto, recibiremos justicia.

sábado, 16 de junio de 2012

Tercera bienaventuranza: Serán consolados



Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados.

No es grato sufrir y llorar sólo nos proporciona un alivio, pero la única manera de sobrellevar el sufrimiento es con esa promesa de Jesús, que seremos consolados.

Y el consuelo no viene de cualquiera, sino del más alto, del Rey del Universo, de aquel que todo lo puede.

Pero si es así, si Dios todo lo puede, ¿por qué permite que suframos en primer lugar? ¿No sería mas fácil quitarnos las angustias del camino?

Eso va a ocurrir, si lo crees, si tienes fe, pero Dios no te pone el sufrimiento en el camino porque desea verte pasar por dificultades; el Señor permite esas dificultades para que desarrolles esa fuerza interna, que viene de El y que te permite decir: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13); Dios es mi Salvador, confío en El y no tengo miedo (Isaias 12), No permitiré que el fuego te consuma (Oseas 11:9); El que invoque el nombre del Señor, se salvará (Romanos 10:13); Dios puede realizar mucho mas de lo que le pedimos o imaginamos (Efesios 4: 20).

Cree en la palabra de Dios y vencerás el sufrimiento.

viernes, 15 de junio de 2012

La Recia Mansedumbre, segunda bienaventuranza



Bienaventurados los mansos.

Cuando pienso en los mansos, no puedo menos que recordar algunos nombres:
San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, Ghandi, la Madre Teresa de Calcuta y aquí, en Miami, Monseñor Agustín Román.

Mansos, humildes de corazón, tranquilos, nunca violentos, no gritaban ni imponían su voluntad sobre nadie.

Pero que no se confunda el que lea la palabra "manso" y la equivalga a ser un pusilánime, porque todos los mencionados, tenían algo en común que compartían con Jesús, y era la firmeza, la entereza, la reciedumbre y la voluntad.

Si Dios me quiere hacer manso, que me haga manso como ellos.

jueves, 14 de junio de 2012

Primera Bienaventuranza




Decidí ofrecerle un Capital de Gracias a Nuestra Mater, Ella sabe por qué.
Día a día voy a escribir sobre las bienaventuranzas del Sermon de la Montaña.

No soy un teólogo y lo dicho aquí no es de carácter doctrinal, es mi sentimiento, como tal debe verse y no de otra manera.

Odio la pobreza.

No tener dinero ni para comprarse un par de zapatos, eso es pobreza, querer hacerle un regalo a tu esposa y darte cuenta de que no tienes para pagarlo, eso es pobreza; que tu hija necesite pagar algo en su escuela y que no tengas, eso es pobreza.

Odio esa pobreza.

No puedo creer que Jesús bendijera esas carencias, no puedo. El dijo:

¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!

Pero cómo puedo compaginar eso con esta otra frase que también fue dicha por el Señor:

Bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de Dios.

Si no me preocupo por lo que voy a vestir y ni siquiera por lo que he de comer, porque Dios se va a encargar de proveernos ¿cómo se puede ser pobre?

Busqué y busqué sin dar con la respuesta hasta que ya, casi rendido, di con una explicación que parecía tener sentido:

El “pobre” para Jesús, no es aquél que no tiene cosas, sino más bien aquél que no tiene su corazón puesto en las cosas.

Fíjate la diferencia

• Puedes ser una persona que no tenga cosas materiales pero que no más estás pensando en lo que no tienes y en lo que quieres tener. Entonces no eres “pobre de corazón”.

• En cambio puedes ser una persona que sí tenga cosas pero que tu mente está puesta en agradar a Dios, en trabajar por El, en ayudar a otros, en dar tu tiempo y compartir tus bienes.

Cuando no vives ocupado de lo que tienes, cuando no eres ambicioso, envidioso, presumido, cuando confías en Dios y no en el dinero, entonces ¡eres libre y feliz!


Eso está escrito en: http://laverdadcatolica.org/F33.htm

Fué lo único que encontré que le dio sentido a las palabras de Jesús.

Confiar en Dios, el padre que se interesa por sus hijos y nos proveerá; y lo hará con tanta generosidad que ni Salomón con toda su riqueza podrá igualársenos. Y poner nuestro corazón al servicio de Dios, es bueno tener, pero no ser poseído por lo que se tiene.

Entonces sí se entiende la primera bienaventuranza, que escrita en otras versiones dice:

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Es decir, benditos los que no tienen su corazón puesto en los objetos materiales, porque ellos ya son dueños del Reino de Dios.

viernes, 8 de junio de 2012

Capital de Gracias



Si en este momento deseas conseguir algo, te propongo una idea. No pidas para ti, acuerdate de este capítulo del Evangelio de San Mateo (Capítulo 6: 27-33):

"¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?" Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura."

Busquen el Reino, ayudando a otros, es decir, hagan contribuciones al Capital de Gracias. Dios y la Mater ya saben lo que necesitamos, confiemos en Ellos y su ayuda nos llegará por añadidura.