jueves, 22 de octubre de 2009

La voz de la Virgen


Quería escucharte Mater y no te oía. Pensé que no estabas de humor para hablarme, quizás estabas muy ocupada y no tenías tiempo.

Pero el equivocado, como casi siempre ocurre, era yo. Tú nunca desoyes mis palabras, siempre respondes, soy yo el que no está atento a la manera de tus respuestas.

Quisiera poder oirte como te escuchó Jesús, como te oyeron los apóstoles, como te escucharon los que tuvieron la dicha de conocerte en aquel tiempo. Pero no me doy cuenta que tu siempre me hablas a través de cosas muy sutiles.

El carro que me deja pasar si estoy de prisa. La persona que me sonrie cuando me ve preocupado, el amigo que me llama, el correo que llega sin yo esperarlo, la alegría de una buena noticia.

Tu voz es muy particular y muy hermosa, sólo te pido que me des la gracia de saber oirla.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Hablarle a la Mater como si la tuviera al lado


Decidí hablarte con naturalidad, sin presiones, como si te tuviera al lado Mater.

Me sentía con ganas de contarle cosas a alguien y no había nadie a mi alrededor. Tenía una necesidad y no sabía a quién decírsela.

Entonces, como siempre me ocurre, sentí una pequeña insinuación, era algo silencioso, pero se podía escuchar.

Era la Mater, que me llamaba al corazón y me sonreía, recordándome que estaba allí, dispuesta a escucharme y ayudarme.

Le conté mis cosas, le pedí por mi familia, le pedí por otras personas y le pedí por mí.

Incluso hice algo que hasta ahora no habia hecho. Le dije que cada vez que tuviera algo importante frente a mí, o supiera de algo importante para mi familia, primero me detendría a hablar con ella y encomendarle mis pensamientos y acciones.

Y ella me sonrió.

jueves, 8 de octubre de 2009

Sentí que la Mater me hablaba


Sentí que la Mater quería decirme algo desde su imagen.

Esa noche estábamos reunidos en un grupo de matrimonios y cada uno de nosotros hacía una oración por algo o por alguien.

Pero algo me decía que a mi oración le faltaba algo. Y era cierto, le faltaba fe.

Entonces entendí lo que la Mater me preguntaba:

¿De verdad confías en mí?

Si es asi, entonces dime lo que sientes y lo que necesitas. Recuerda que tengo a Jesús en mis brazos y El me escucha y, además, soy tu Madre celestial y tengo un gran amor por tí.

En ese momento decidí que en vez de hacer peticiones sin sentirlas, casi que por compromiso, la próxima vez le hablaría a la Virgen con sinceridad.

martes, 6 de octubre de 2009

Tu misión en la vida te puede hacer feliz.



Mi misión en la vida es hacer aquello que Dios dispuso para mí, que me hace sentir muy feliz cuando lo hago y que al hacerlo lo honro, le doy gloria y causo una sonrisa en los cielos, porque estoy llevando a cabo una labor que el Señor previó para mí desde el principio de los tiempos.

Cuando uno lo mira asi, se da cuenta de que todo lo que hacemos, ese trabajo de limpiar la casa y dejarla ordenada, o los papeles que revisamos en la oficina, todo lo que se hace, desde lo mas humilde hasta lo mas complicado, tiene un poquito de Dios, y al Señor no se le pueden dar cosas mal hechas.

Trabajamos para Dios, ese es un honor y una responsabilidad, y esa es nuestra misión en la vida, trabajar para el Creador, usando los talentos que nos regaló, de la mejor manera posible.

Y nosotros, lo que debemos hacer es tratar de descubrir esos talentos, de hacer ese trabajo con verdadero amor y dedicarselo diariamente al Señor.

Que la Mater nos ayude a encontrar nuestra misión en la vida y a hacer nuestro trabajo con verdadero amor de Dios y con mucha fe.

Les garantizo, que para los que sigan este camino, la verdadera felicidad está muy cerca.

Si quieres saber mas de tu misión en la vida y tu ideal personal, ve a nuestra página Web:

http://radioalianzadeamor.com/Idealpersonal.aspx