viernes, 19 de febrero de 2010

La Historia de Maria


Parte 2 de 4

Salimos de la oficina del doctor muy afectados. Decidimos ir a otro que nos dio la misma respuesta.

“No hay latidos y ya debería haberlos.” Ambos recomendaban lo que llamaban “un procedimiento de limpieza”. Pero para nosotros era acabar con una vida, aunque dijeran que no la había.

Decidimos ir a un tercer doctor, no tan famoso como los anteriores, de menos renombre, pero quizás mas humano. El tampoco nos dijo nada esperanzador, pero las lágrimas de mi esposa lo convencieron de que debía ir un poco mas allá.

Le dijo: “Tú eres joven, puedes tener otros hijos.” Pero el llanto no cesó. Entonces se atrevió a sugerir algo diferente. “Hagamos otra cosa, esperemos una semana mas. Pero si en ese lapso no hay latidos, tendremos que hacer algo para sacar lo que tengas allí. Mientras tanto, pídanle mucho a Dios.” Lo dijo por decirlo, porque estaba convencido de que nada pasaría.

No nos quedaba otra cosa que hacer sino rezar. En ese momento, aunque debiéramos haberlo hecho antes, recordamos nuestro amor a la Virgen, sobretodo esa pequeña imagen que nos había presentado un amigo, se trataba de una Virgen cuyo movimiento nació en Alemania el 18 de Octubre de 1914.

Nos sentamos frente a ella y le pedimos que nuestro bebé estuviera vivo.

Sólo dijimos esto:

“Por favor, Mater, concédenos este milagro, que nuestro bebé viva.”