miércoles, 14 de octubre de 2009
Hablarle a la Mater como si la tuviera al lado
Decidí hablarte con naturalidad, sin presiones, como si te tuviera al lado Mater.
Me sentía con ganas de contarle cosas a alguien y no había nadie a mi alrededor. Tenía una necesidad y no sabía a quién decírsela.
Entonces, como siempre me ocurre, sentí una pequeña insinuación, era algo silencioso, pero se podía escuchar.
Era la Mater, que me llamaba al corazón y me sonreía, recordándome que estaba allí, dispuesta a escucharme y ayudarme.
Le conté mis cosas, le pedí por mi familia, le pedí por otras personas y le pedí por mí.
Incluso hice algo que hasta ahora no habia hecho. Le dije que cada vez que tuviera algo importante frente a mí, o supiera de algo importante para mi familia, primero me detendría a hablar con ella y encomendarle mis pensamientos y acciones.
Y ella me sonrió.
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