Y ahí es donde comienzan mis pensamientos sobre este tema. Los cardenales que lo escogieron, los sacerdotes, religiosos y religiosas tienen que obedecerlo y aceptar su liderazgo.
Lo escuchado hasta ahora lo favorece, pero ahora el nuevo papa tiene que darse a conocer con sus palabras y, sobretodo, con sus acciones, para que ese liderazgo de nombramiento, se convierta en un liderazgo de hecho y las personas que lo rodean, el pueblo católico que no lo conoce y el resto del mundo, lo vea, lo acepte y respete la autoridad que le ha sido encomendada.
El trabajo que lo espera no es sencillo y por eso hizo muy bien en pedir oración a los que esperaban la elección del nuevo pontífice en la Plaza de San Pedro, sólo Dios lo puede guiar adecuadamente en el nuevo camino que se le presenta.
Además de eso, tengo que felicitarlo por encomendarse a alguien que amo profundamente, al igual que muchos de nosotros, a Nuestra Santa Virgen María, para mí la Mater, que nos cuida, guía y ama sin limitaciones. Esa es una de las acciones que me hacen sentir que la escogencia estuvo bien dirigida.
Estimado padre, así le gusta a usted que lo llamen, espero que Jesús y la Mater lo guíen en el trabajo que lo espera, dirigir la iglesia y mantener la fe en un mundo moderno y diferente que Dios ha permitido que cambie y evolucione como debemos hacerlo nosotros de acuerdo a la guía del Señor.
Le deseamos lo mejor y confiamos en usted.
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