jueves, 21 de junio de 2012

Si no te dejan orar y creer, tuyo es el Reino. La octava bienaventuranza



Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
La justicia es la justicia de Dios. La persecución es la de aquellos que creen que seguir el camino de Dios es un error, porque los negocios son los negocios, o porque es una tontería económica ayudar a otros o donar dinero, o tal vez ayudar al que lo necesita.
Si se burlan de ti porque defiendes tus ideas sobre la vida, porque oras al comer, porque tienes una imagen que te recuerda al Señor o a Nuestra Madre en tu trabajo, eso es persecución.
Si no te permiten orar al llegar a tu trabajo o a tu escuela, eso es ser perseguido como dice Jesús.
O si queman tus iglesias o te atacan, como ocurre en muchas partes del mundo, por ser creyente, eso es persecución.
Y verás a Dios aquí, porque Él va a estar contigo y te va a ayudar a alcanzar su premio, de amor, de dulzura y de abundancia.

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