lunes, 18 de junio de 2012


Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.
Jesús nos dijo que si queremos dar una ofrenda a nuestro Padre en el cielo primero que tenemos que perdonar:
Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
Mateo 5: 23-24

Él fue misericordioso, tanto que en la cruz fue capaz de decir: Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen.
¿Cómo puedo yo mantener un resentimiento contra el que me ha hecho mal, el que me insultó, o me trató mal? Es posible que tenga derecho a sentirme agraviado, es posible que yo tenga toda la razón; pero Jesús tenía razón y terminó en la cruz, y aún así fue capaz de perdonar a quienes lo castigaron injustamente, Jesús perdonó de la manera mas suprema e imposible.
No puedo ser como él, me duele a perdonar cuando siento el dolor de lo que se me hizo.
Pero eso es precisamente lo que nuestro Padre Celestial está esperando, que yo perdone como lo hizo su Hijo, y entonces me regalará la resurrección.

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